CUESTIÓN
Marco Vinicio Jaime
De notable relevancia fue sin duda la reciente visita, por quinta ocasión, del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a Nayarit, en particular a la Capital Tepic, para la develación de una placa y un busto en honor del connotado poeta, escritor, diplomático y periodista nayarita, Amado Nervo, en el Congreso del Estado, con motivo de su primer centenario luctuoso, al que cambiaron para sorpresa de muchos por el concepto de “inmortalidad”. Se destaca que por vez primera un Mandatario de la Nación accedió al recinto legislativo local, y fue partícipe directo de un evento con poderes y órdenes de Gobierno: sesión solemne de la 32 Legislatura.
Cierto es, que más allá de los tradicionales ritos de bienvenida presidencial: los sectores populares que fueron llevados desde muy temprano, como estudiantes, beneficiarios de programas sociales y ciudadanos en general (para los vivas, vítores y aplausos, que por cierto, esta vez no corrieron con la suerte siquiera de ver al Presidente), y la propia ceremonia protocolaria en el Congreso, la presencia del Titular del Ejecutivo Federal, se antojó para refrendar sendos compromisos “políticos”, especialmente recíprocos, donde obviamente por ahora, las decisiones coyunturales y futuristas se perfilan ser tratadas entre dos actores y nada más: el Gobierno del Estado -junto con sus “aliados” del Poder legislativo y Judicial- y el Ejecutivo Federal...
Miércoles 29 de mayo de 2019/Leer más »
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