CONTRASTE Y CONCEPTO/"Una verdad incómoda que se tenía que decir"/Jueves 25 de enero de 2024

La UCAN en sesión con…Octavio Campa Bonilla…

Una verdad incómoda que se tenía que decir


















Alfredo Padilla
Este miércoles 24 de enero del presente año, la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN) A.C., que coordina el maestro, director de escena y columnista Luis Alberto Bravo Mora, sostuvo charla con el el también conocido maestro, actor, escritor y poeta, Octavio Campa Bonilla, donde el artista dio a conocer a fondo su perspectiva política tocante a la realidad actual del Estado, y lo que se aproxima en el transcurso del vigente 2024, de cara a su ya tomada decisión de participar en la contienda electoral de junio próximo.

Uno de los puntos que se resaltaron inevitablemente, como contraste cíclico de cada período de renovación de poderes y órdenes de gobierno, es el error de muchos aspirantes en dejar al descubierto objetivos de eminente beneficio particular: la búsqueda a como dé lugar de puestos de representación popular y de gobernanza,  al margen incluso de normativa, tiempo y circunstancias, y más aún de quienes incluso en funciones de una responsabilidad pública, han dejado mucho que desear sobre su eficacia en trato y solución a las demandas ciudadanas. 

En este marco, resulta inevitable citar ejemplos como el de las administraciones municipales de Tepic, Bahía de Banderas y Tecuala, cuyas alcaldesas y Alcalde respectivamente, han mostrado su interés en  reelegirse y continuar por 3 años más en el usufructo del dinero del pueblo, sin importar la escasa efectividad del trabajo realizado, además de los constantes y periódicos señalamientos por presuntos actos de corrupción. No es poco común entonces escuchar entre los ciudadanos inconformes, para el caso de Tepic, que se han tenido más razones para sonreír por las ocurrencias de los mismos funcionarios municipales, que por el propio trabajo efectuado. 

Asimismo, cómo dejar de lado al Congreso del Estado, que en el 2021 y con una nueva presidencia cuya imagen propugnada de juventud, fuerza, vigor, conocimiento y temple, se lanzó una frase que se volvería estandarte del mandato respectivo: "ésta es una legislatura histórica", y al transcurrir del tiempo, ya en el recuento de los hechos en el 2024 - y a unos meses de escoger una nueva composición cameral - quedó claro que se tenía totalmente la razón: historia, solo por la consumación de un paso en materia de género, lo demás continúa como asignatura pendiente. Nunca se había visto una apatía igual de los diputados hacia sus distritos y viceversa del distrito hacia los diputados, dónde fácilmente se puede salir a la calle y preguntar a las personas por el nombre de sus diputados, y la gran mayoría responderá sin dudarlo dos veces, que no los conoce y mucho menos las veces que los han visto tan siquiera en actividades que mandata la Constitución. 

A esto, me quedó una reflexión fuerte que enriqueció indiscutiblemente la convicción expresa del Vate Campa Bonilla en su evidente y experimentado tránsito a la conquista de la diputación por el distrito X de la próxima XXXIV Legislatura local: la actual clase política - con sus honrosas excepciones, obviamente-, mucho ofreció en su momento, y aún ahora proclama como bandera de su pretendida continuidad, pero en los hechos, a la luz del análisis objetivo, la realidad desmiente con crudeza significativa el discurso, y en consecuencia se vuelve recurso obligado la autocrítica, la valoración honesta de lo que es, no lo fue, y lo que falló y faltó, y se hará en lo sucesivo. 

La consabida ‘nueva política’ de los jóvenes, no ha dado los resultados esperados: los regidores se preocupan más por las redes sociales, verse bien en la foto, contestar a sus “haters”, y simplemente ir - por obligado compromiso o a la garantizada obtención de réditos- a eventos ‘especiales’ con los ciudadanos que votaron por ellos; mientras que en lo que concierne a los diputados, justo es reconocerlo, la circunstancia no varía, solo que estos últimos devengan remuneraciones salariales un poco más robustas. Tal vez sea momento de que la ‘vieja política’ - claro está, la que supo y tuvo el tino de sumar, entender, comunicar y solucionar sin regateos, intermediarismos sectarios y demás - regrese a recomponer el escenario, que regresen  los hombres como el Vate Campa Bonilla, y enseñen cómo se soluciona y atiende al pueblo sin simulación ni escatimar recursos, y sea el puente para una verdadera nueva política, dónde se entienda ya de una buena vez, la realidad de la ciudadanía. 





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