viernes, 9 de noviembre de 2018

CUESTIÓN

El análisis del Primer Informe de Gobierno 


















Marco Vinicio Jaime 
Se cumplió el primer aniversario del Gobierno del Estado encabezado por el Contador Público Antonio Echevarría García, y por ley, tras la entrega del documento correspondiente, la 32 Legislatura local anunció el formato y la metodología a emplear en el análisis del mismo, al igual que para la evaluación del cumplimiento del Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021.


En breve, tal como afirmó la diputación, la Comisión de Gobierno definirá la fecha del citado proceso, del que adelantó habrá de dar oportunidad de que “todas las fuerzas políticas [analicen, en cuatro sesiones ordinarias] el estado que guarda la administración pública”.

En consecuencia, el ejercicio cameral esta vez deberá caracterizarse por un factor ineludible: el contraste directo y honesto, es decir, resaltar desde la perspectiva de las mayorías ciudadanas, no del tradicional monólogo protocolario “del todo está muy bien, a pesar de…”, qué se avanzó en función de lo recibido,  y qué en definitiva no fue posible hacer nada,  o de plano se retrocedió. 

En un sistema político -gubernamental en constante -y a veces convulsa- transformación democrática, las alternancias o el relevo partidario e ideológico distintos al statu quo en turno,  poseen la nada sencilla tarea de cumplir con lo pactado desde el corto y para el mediano y largo plazo sin sustracción alguna,  artilugio, pretexto o queja, cuando voluntariamente es que se empeña la palabra en campaña generando altas expectativas en pro de la solución al fracaso vigente.  De tal suerte que no cabe pues ya en su momento la justificación en un marco de incumplimientos flagrantes luego de haber caído -ya sea por escasez de oficio político y comunicacional e inclusive de los excesos ambiciosos de segundos y terceros- en el lamentable papel de ser simples administradores del problema, al tiempo que, como siempre, solo una camarilla sectaria de amigos, compadres y familiares dentro de la cúpula, aseguran su bienestar exclusivo, y en lo sucesivo para ellos lo demás, llega ser lo de menor peso. 

Por ello, a los diputados de la 32 Legislatura les toca trabajar en un momento coyuntural, de evaluar objetivamente qué tan efectiva fue la alternancia en la Entidad,  tomando como parámetro precisamente la cuantía de oficio político y la calidad de la comunicación a partir del verdadero sentimiento de Nayarit frente a lo efectuado en el determinante primer año,  puesto que solo así será posible empezar a construír sobre cimientos firmes y verdaderos. ¿Se vencerá entonces el reto, superando la tentación de la aprobación al fast track y la simulación por simple simpatía,  adhesión o correlación de intereses particulares subterfugios?  

Mientras tanto, el Poder Legislativo, ya posee un gran avance, y es la prácticamente inédita confesión del propio titular del Ejecutivo: “El Gobierno está bácticamente en quiebra”, y de que, “al igual que una empresa que no genera ya utilidades en favor de sus trabajadores, de ser necesario se cerrará”, porque en efecto “no hay dinero ya siquiera para la siguiente quincena de la plantilla laboral”, lo que hace surgir la duda: ¿también se está viendo afectado su primer círculo de colaboradores: amigos, familiares y afines; no habrá tampoco quincena para ellos, y su presencia en los actos oficiales es por su amor al pueblo, al trabajador que tiene un negro porvenir en la anunciada ausencia de quincena?  

De conformidad, los congresistas tienen entonces de primera mano, el saldo real del Primer Informe: al parecer el cambio no alcanzó a llegar: se quedó varado en el camino de la promesa fácil, y en lo subsecuente el titánico reto de proceder conforme lo mandata la Constitución en estas circunstancias: el Gobierno no se cierra, en todo caso es preciso articular una excepcional por inteligente y política operación de rescate hasta con un interinato, si es factible (y en honor a la justicia a la que se ha apelado periódicamente se finquen las responsabilidades correspondientes a que haya lugar), el cual sea capaz de consumar lo que por ley exigen ya los nayaritas: el derecho de vivir en justicia y paz. ¿Se hará a tiempo por el bien de todos?  Ya lo veremos. “Si así se hiciere, el pueblo lo reconocerá, que si no, lo demandará”.

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