El jefe manda y si se equivoca, vuelve a mandar
Por: Sergio Mejía Cano
El artículo 49 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, dice que “El Supremo Poder de la Federación se divide, para su ejercicio, en Legislativo, Ejecutivo y Judicial”; y el segundo párrafo señala que “No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación…”. Según los enterados, el orden en que están nombrados dichos Poderes de la Unión, es porque el legislativo promulga las leyes, el Ejecutivo, como su nombre lo indica, las ejecuta y el Judicial, le corrige la plana a los otros dos Poderes en caso de controversias constitucionales.
Si bien se dice que tiene que haber un equilibrio de Poderes, en la práctica es más común que los tres que nombra la Carta Magna estén bajo la tutela del Jefe del Ejecutivo, es decir, la mayoría de los legisladores se convierten de facto en subordinados del Ejecutivo, y más los que pertenecen al mismo partido político que el presidente en turno; lo mismo que los representantes del Poder Judicial que, en muy contadas ocasiones se han atrevido a contradecir algo que haya pronunciado el Jefe del Ejecutivo, es decir, el presidente de la República.
Por lo tanto, toda iniciativa de ley o reforma constitucional la mayoría de los legisladores, tanto diputados como senadores la toman como una orden estricta de su jefe, y no nada más los legisladores pertenecientes al mismo partido del presidente, sino hasta de otras bancadas que supuestamente se dicen de oposición, sin que ninguno de los legisladores haga caso del clamor popular que demanda no votar a favor de determinada iniciativa o reforma, pero la consigna es directa y ya no hay marcha atrás: el jefe así lo dispuso y así se tendrán que dar las cosas, para no incomodar al señor presidente.
Un claro caso se ha visto recientemente con la designación del señor Fernando Medina Mora como magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en que la mayoría de los senadores, 83, principalmente del PRI, del PAN y del Partido Verde, votaron a favor de esta designación sin tomar en cuenta a gran parte de la ciudadanía que cuestionó constantemente al señor Medina Mora desde que su nombre apareció en la terna mandada por el presidente Enrique Peña Nieto. Cuestionamientos que se debieron haber investigado más a fondo y no atenidos nada más a la negativa del mismo señor Medina Mora, que ni modo que dijera que sí eran ciertos algunos de los señalamientos que se le imputaron mediáticamente y hasta con documentos desclasificados en los Estados Unidos de Norteamérica, y menos tomaron en cuenta los senadores que votaron a favor de esta designación, las más de 50 mil firmas que se dice presentaron ante el pleno otros senadores. Pero más aún, aparte de todos estos señalamientos que dictaban la no elegibilidad del señor Fernando Medina Mora, con uno solo de los argumentos constitucionales que hubiesen acatado los senadores que votaron a favor, los hubiera reivindicado ante la ciudadanía a estos senadores: La residencia del candidato a ocupar la vacante en la SCJN, ya que quedó comprobado fehacientemente que el señor Medina Mora ha estado fuera del país los últimos años debido a los cargos que ha ocupado; y de acuerdo a los disidentes de esta designación, la Constitución señala claramente que quien deba ocupar un cargo de magistrado en la SCJN debe tener un mínimo de dos años de residencia en el país. Pero quedó claro que esto no impidió que fuera elegido como magistrado el señor Medina Mora, fue cosa nimia para los senadores que lo votaron a favor, poca cosa como quien dice, pecata minuta. Violaron la Carta Magna, pero nomás poquito, al fin y al cabo ya se ha permitido en otros casos.
Cualquier político o funcionario que ya está posicionado o que va ganando posiciones en el ámbito gubernamental, para nada le conviene contradecir las órdenes a seguir y menos si han sido favorecidos por el señor presidente en turno, y esto es también lo que se cuestiona gran parte de la ciudadanía que está en contra de tal designación: que no habrá imparcialidad de parte del señor Medina Mora en cualquiera pronunciación hacia una controversia, porque el puesto se lo debe precisamente al Jefe del Ejecutivo a quien por su carácter personal que ha demostrado a lo largo de su vida pública, este neo y flamante magistrado de la SCJN se tendrá que sentir inclinado a no contradecir a quien le debe el puesto. Pero en fin. Al parecer ya todo está consumado y no hay o habrá marcha atrás.
Sea pues. Vale.
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