Porque “en el deber no hay fronteras”...
60 años de colaboración médica cubana en el mundo
“Amor y solidaridad”, afirma brigada en Nayarit, comporta la clave para servir a la comunidad internacional
Marco Vinicio Jaime
"En el deber no hay fronteras", fue el mensaje clave que definiría sin duda el papel de la emblemática brigada de profesionales de la medicina de Cuba, en el marco de la conmemoración número 60 de la "Colaboración médica cubana en el mundo", luego del evento ex profeso que por su parte se efectuó el pasado martes 23 de mayo aquí en la Capital nayarita, en las instalaciones de la Universidad “ITEC”, institución enfocada precisamente en la formación educativa de perfiles en el campo de la propia medicina: "Enfermería, Especialidad en enfermería médico quirúrgica, Radiología e Imagenología".
Ante un nutrido grupo de médicos, representativo de los 92 especialistas del país caribeño que dan cumplimiento en Nayarit a los acuerdos entablados en su momento entre los gobiernos del Estado y México (Federal) con Cuba, la anfitrionía contó con la concurrencia de también médicos locales, ciudadanos beneficiados, comunicadores, organizaciones pro respaldo y hermandad con la isla, como la de "Promotora de Solidaridad 'Nayarit va por Cuba' ", e invitados especiales de la sociedad civil.
El espacio, la sala de juntas de la institución educativa, fue estratégicamente propicio para el acercamiento en directo y el intercambio de camaradería en corto, entre la concurrencia tepiqueña con los acreedores del reconocimiento de los nayaritas; y en el desenvolvimiento del breve pero simbólico evento, se procedió con la proyección audiovisual de un recuento de los logros que la brigada cubana tuvo durante el período de mayor algidez de la pandemia de Covid-19, en específico en la ciudad de Turín, Italia, uno de los países que más resintió el feroz impacto inicial de la enfermedad, pero que pudo salir adelante con la ayuda solidaria de Cuba, según se dijo.
De tal suerte que con el emotivo mensaje del video: entre las muestras de agradecimiento de italianos y su gobierno a la brigada médica internacional cubana “Henry Reeve”, el sentido evento de recepción en el aeropuerto internacional José Martí de la isla, a la par de fragmentos del discurso de bienvenida del Presidente Cubano Miguel Díaz Canel Bermúdez, entremezclados con uno que le dedicó en vida el propio Fidel Castro a la brigada; se dio eco a las palabras de este último: "Hasta los rincones más oscuros del mundo [...] ¡médicos, y no bombas!", toda vez de la participación en el uso de la palabra del Coordinador del equipo médico cubano en Nayarit, Barbiel Nápolez Rodríguez, que enriqueció con el pensamiento a su vez del propio José Martí: "Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad". Así, por consiguiente, aseguró que son felices, porque en "el amor y la solidaridad - más allá de fronteras y barreras de cualquier tipo-, acuden al auxilio de los diferentes países del mundo"; ahora en México, en Nayarit, en los pueblos y comunidades con mayor vulnerabilidad, asentados en los municipios del norte de su territorio.
Es de esta forma como todo ello, sentó las condiciones para las significativas palabras finales del catedrático universitario jubilado, el conocido maestro normalista e ideólogo nayarita de 'Izquierda', Leopoldo Mora Iglesias, quien tras refrendar su beneplácito por la presencia de los cubanos, aplaudió su formación y enseñanza tanto profesional como ética y humanista, y en consecuencia les recordó que si José Martí afirmó que: "Patria es humanidad", y la labor que realizan es un acto de 'humanidad' para beneficio del mundo, el pensador y estadista mexicano Vicente Lombardo Toledano puntualizó: "Salvar [por tanto a Cuba] es salvar a México", por lo que se pronunció entonces con su propio agregado y modificación: "Salvar [o corresponder] a Cuba es salvar al mundo".
De conformidad se dio pie pues, a un evento conmemorativo de seis décadas de ayuda médica de Cuba a las diferentes naciones del orbe, en circunstancias muy particulares: después de la hecatombe sanitaria, el mundo cambió, y lo ha seguido haciendo con desafíos inéditos, que exigen más que nunca de unidad y sincronía transversal, de solidaridad que supere y subsane diferendos, divisiones y confrontas estériles, para en su lugar privilegiar la integración de todos por todos y para todos. En marcha entonces, en comunicación y enhorabuena.
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