EN LA FRECUENCIA/"La “nueva educación”, más que tecnología"/Domingo 30 de agosto de 2020

La “nueva educación”, más que tecnología



















Lily Cayeros
El nuevo ciclo escolar 2020-2021, dio inicio el pasado 24 de agosto, en un marco de circunstancias variopinto, moldeado por el demás conocido parteaguas que generó la crisis sanitaria de Covid-19, de tal manera que alumnos, padres de familia, maestros y autoridades se enfrentan a un entorno totalmente incierto, cuya única herramienta que poseen por ahora en sus manos, es el programa instrumentado por el propio Gobierno Federal, a distancia, denominado “Aprende en casa II”, basado en su mayoría en tecnología: Televisión, radio e Internet.

Los mexicanos pues, poseen ante sí, el desafío mayúsculo de asegurar que el proceso de enseñanza-aprendizaje alcance el mayor porcentaje posible de cobertura, calidad y equidad, para 30 millones de estudiantes de nivel básico: preescolar, primaria y secundaria, justo en medio de graves carencias presentes en muchas familias con alto grado de vulnerabilidad económica, lo que suma los diversos obstáculos de adaptabilidad en orden, disciplina y corresponsabilidad en cada hogar para aprovechar óptimamente las clases que se impartirán.

Sin duda la educación de la “nueva normalidad”, posee un matiz sin precedente, puesto que la lucha que se tenía antes de la pandemia para evitar la deserción escolar y la formación mejor de los niños y de los jóvenes, ahora no solo tendrá que reforzarse ante el recrudecimiento de tales factores, sino de la suma de otros más, como el de garantizar que nadie se quede al margen de un entendimiento pleno de la etapa que se vive, de la capacitación necesaria para desenvolverse eficazmente en una nueva realidad.

Por tanto, la “nueva educación”, para que llegue a consumar las expectativas planteadas por el Secretario de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, de que se “aprenda en casa”, deberá caracterizarse por ser no solo un fin tecnológico, ya que la tecnología por sí misma o mal empleada no será fuente de beneficios, sino que se espera en lo subsecuente sea un medio estratégico de comunicación inteligente sociedad-gobierno, que dé pie al registro constante de las necesidades ciudadanas en directo, prácticamente en tiempo real, a fin de formular diagnósticos y traducirlos en respuestas contundentes en todo el país.

Nayarit tiene su particular desafío. En el evento de arranque del nuevo ciclo escolar, el Secretario General de Gobierno, Antonio Serrano Guzmán, que acudió en representación del Ejecutivo estatal Antonio Echevarría García, dijo que “no es el primer reto que enfrentan los mexicanos ni los nayaritas; tenemos antecedentes, y podemos enfrentarlos con esfuerzo y compromiso”. Por su parte, el Secretario de Educación, Andrés Rodríguez Domínguez señaló que “hoy toca afrontar los cambios en la educación pedagógica, pero quiero decirles que estamos preparados”. Seguramente entonces, que habrán de tomar en cuenta las necesidades de los 17 mil docentes y de los más de 250 mil alumnos a través de una sólida estrategia de comunicación constante que asegure el cumplimiento cabal del objetivo.

Si algo puso de manifiesto el plan piloto de “Aprende en casa”, en su primera versión durante los 70 días de estricta reclusión domiciliaria de “Sana distancia”, fue la urgente necesidad de que cada pueblo, ejido y comunidad acceda a los beneficios de la conectividad, lo mismo que al desarrollo educativo (con todas las herramientas que conlleva) de parte de cada niño y joven en edad escolar. 

De esta forma, la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN), en su sesión virtual semanal de análisis y opinión de este viernes 28 de agosto, concordó su deliberación enfocada a la imprescindible actualización que deberá guiar asimismo el desenvolvimiento de las autoridades en la ejecución del nuevo modelo educativo, puesto que está claro que en la “nueva normalidad”, ya no hay fórmulas únicas ni soluciones de una sola aplicación permanente, sino que todo se encuentra sujeto a una renovación periódica, y la educación por supuesto, que no está exenta de la citada evolución. Así, la educación a distancia, no deberá ser en lo absoluto un instrumento superficial o temporal, sino deberá acompañarse de todo un plan en continuo fortalecimiento que impacte directamente en la coparticipación razonada y convencida de la sociedad.

Para el columnista Sergio Mejía Cano, existe una realidad que el gobierno debe tomar en cuenta, la de la precariedad de muchas familias que no tienen acceso a ningún medio tecnológico, y en sus circunstancias consecuentes tampoco les será suficiente el que se les entreguen libros o cuadernillos. “Y esto es cierto -agregó-, aunque algunos todavía no lo crean, hay una realidad distinta y difícil para muchas familias de comunidades apartadas que no tienen acceso a la conectividad, y se requiere algo más que cuadernillos para cubrir su necesidad educativa”.

La periodista Marisol Parra González, coincidió con Sergio Mejía Cano, y consideró que el programa “Aprende en casa II”, podrá comportar una oportunidad singular para captar de primera mano las carencias de aquellas familias que por ejemplo, “nada más cuentan con una computadora para dos o más miembros en edad escolar, aparte de los adultos que requieran de su uso, y algo más: que por tener aparentemente acceso a la red de Internet, a la señal televisiva o de radio, no estén contemplados entre quienes reciban los cuadernillos, cuando se trata de que nadie quede rezagado o al margen de una etapa histórica, cuyos pilares fundamentales serán precisamente el avance tecnológico, la conectividad”.

El Analista y Director de Escena, Luis Alberto Bravo Mora, propuso por su parte, asegurar “orden, disciplina y puntualidad en la ejecución de los planes y programas de estudio, en todos los niveles educativos, fundamentalmente en la parte del acompañamiento de los docentes, que por lo visto en estos primeros días, ha resultado complicado adaptarse y lograr interacción eficaz entre maestros y alumnos”, y para ello, no hay más opción, según dijo, que el de revisar la coordinación federación-entidades. “Urge alcanzar -enfatizó- tal sincronía entre el Gobierno Federal y los gobiernos de los estados que dé lugar a que no haya irregularidades ni desorden, y la sociedad avance satisfactoriamente con una educación mejor inclusive que la presencial de la antigua normalidad”.

El analista político y periodista Marco Vinicio Jaime puntualizó que es un hecho, que la “nueva normalidad” se finca en la imprescindible actualización constante de planes y líneas de acción basados en el comportamiento de causas y efectos, “donde las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), más allá de instrumentos para el flujo de datos frente a la imposibilidad de la interacción presencial, comporta la oportunidad de innovar, consumar todo un sistema de intercambio inteligente de ideas, propuestas y soluciones en una reconstrucción que es de todos y para todos”.

En consecuencia, añadió, surge la interrogante: “¿Educación a distancia es equivalente a un gobierno renovado; no como el fin, sino el medio?”. De ser así, la distancia no será impedimento para captar el sentimiento colectivo y traducirlo en hechos de probada eficacia, lejos de la frialdad ciberespacial y de la autómata correlación de responsabilidades para salir exclusivamente al paso de la demanda. Es el momento propicio para concentrar esfuerzos conjuntos y comprender lo que subyace tras el telón de una trama incierta que seguirá poniendo a prueba la capacidad de la gobernanza y del desenvolvimiento en general de la dinámica social.

No queda entonces duda alguna: “Aprender en casa”, será mucho más que Televisión, radio, Internet, tabletas, computadoras o cuadernillos, puesto que sin esa motivación que deviene del interés genuino del gobierno y de común acuerdo con magisterio y entidades federativas, para atender el sentir de la sociedad, difícilmente se logrará la participación de los padres de familia para que sus hijos: niños y jóvenes, se beneficien al máximo de la programación educativa exprofesa. El gran desafío por tanto, radica en saber captar, interpretar y comprender los sentimientos del pueblo mexicano en esta difícil etapa por la superación educativa de la “nueva normalidad”. 

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