La “nueva educación”, más que tecnología
Si algo puso de manifiesto el plan piloto de “Aprende en casa”, en su primera versión durante los 70 días de estricta reclusión domiciliaria de “Sana distancia”, fue la urgente necesidad de que cada pueblo, ejido y comunidad acceda a los beneficios de la conectividad, lo mismo que al desarrollo educativo (con todas las herramientas que conlleva) de parte de cada niño y joven en edad escolar.
De esta forma, la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN), en su sesión virtual semanal de análisis y opinión de este viernes 28 de agosto, concordó su deliberación enfocada a la imprescindible actualización que deberá guiar asimismo el desenvolvimiento de las autoridades en la ejecución del nuevo modelo educativo, puesto que está claro que en la “nueva normalidad”, ya no hay fórmulas únicas ni soluciones de una sola aplicación permanente, sino que todo se encuentra sujeto a una renovación periódica, y la educación por supuesto, que no está exenta de la citada evolución. Así, la educación a distancia, no deberá ser en lo absoluto un instrumento superficial o temporal, sino deberá acompañarse de todo un plan en continuo fortalecimiento que impacte directamente en la coparticipación razonada y convencida de la sociedad.
Para el columnista Sergio Mejía Cano, existe una realidad que el gobierno debe tomar en cuenta, la de la precariedad de muchas familias que no tienen acceso a ningún medio tecnológico, y en sus circunstancias consecuentes tampoco les será suficiente el que se les entreguen libros o cuadernillos. “Y esto es cierto -agregó-, aunque algunos todavía no lo crean, hay una realidad distinta y difícil para muchas familias de comunidades apartadas que no tienen acceso a la conectividad, y se requiere algo más que cuadernillos para cubrir su necesidad educativa”.
La periodista Marisol Parra González, coincidió con Sergio Mejía Cano, y consideró que el programa “Aprende en casa II”, podrá comportar una oportunidad singular para captar de primera mano las carencias de aquellas familias que por ejemplo, “nada más cuentan con una computadora para dos o más miembros en edad escolar, aparte de los adultos que requieran de su uso, y algo más: que por tener aparentemente acceso a la red de Internet, a la señal televisiva o de radio, no estén contemplados entre quienes reciban los cuadernillos, cuando se trata de que nadie quede rezagado o al margen de una etapa histórica, cuyos pilares fundamentales serán precisamente el avance tecnológico, la conectividad”.
El Analista y Director de Escena, Luis Alberto Bravo Mora, propuso por su parte, asegurar “orden, disciplina y puntualidad en la ejecución de los planes y programas de estudio, en todos los niveles educativos, fundamentalmente en la parte del acompañamiento de los docentes, que por lo visto en estos primeros días, ha resultado complicado adaptarse y lograr interacción eficaz entre maestros y alumnos”, y para ello, no hay más opción, según dijo, que el de revisar la coordinación federación-entidades. “Urge alcanzar -enfatizó- tal sincronía entre el Gobierno Federal y los gobiernos de los estados que dé lugar a que no haya irregularidades ni desorden, y la sociedad avance satisfactoriamente con una educación mejor inclusive que la presencial de la antigua normalidad”.
El analista político y periodista Marco Vinicio Jaime puntualizó que es un hecho, que la “nueva normalidad” se finca en la imprescindible actualización constante de planes y líneas de acción basados en el comportamiento de causas y efectos, “donde las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s), más allá de instrumentos para el flujo de datos frente a la imposibilidad de la interacción presencial, comporta la oportunidad de innovar, consumar todo un sistema de intercambio inteligente de ideas, propuestas y soluciones en una reconstrucción que es de todos y para todos”.
En consecuencia, añadió, surge la interrogante: “¿Educación a distancia es equivalente a un gobierno renovado; no como el fin, sino el medio?”. De ser así, la distancia no será impedimento para captar el sentimiento colectivo y traducirlo en hechos de probada eficacia, lejos de la frialdad ciberespacial y de la autómata correlación de responsabilidades para salir exclusivamente al paso de la demanda. Es el momento propicio para concentrar esfuerzos conjuntos y comprender lo que subyace tras el telón de una trama incierta que seguirá poniendo a prueba la capacidad de la gobernanza y del desenvolvimiento en general de la dinámica social.
No queda entonces duda alguna: “Aprender en casa”, será mucho más que Televisión, radio, Internet, tabletas, computadoras o cuadernillos, puesto que sin esa motivación que deviene del interés genuino del gobierno y de común acuerdo con magisterio y entidades federativas, para atender el sentir de la sociedad, difícilmente se logrará la participación de los padres de familia para que sus hijos: niños y jóvenes, se beneficien al máximo de la programación educativa exprofesa. El gran desafío por tanto, radica en saber captar, interpretar y comprender los sentimientos del pueblo mexicano en esta difícil etapa por la superación educativa de la “nueva normalidad”.
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