EDITORIAL/Semana del 12 de octubre de 2020

Federalismo y justicia presupuestal





La problemática que enfrenta el país, cada vez más severa en materia sanitaria, económica, de seguridad y de coordinación entre poderes y órdenes de gobierno, profundizó la discusión los últimos días tocante a la ya planteada revisión del Pacto de Coordinación Fiscal que haga asequible un cambio en el esquema de distribución presupuestal a los estados.

Nuevamente los 10 gobernadores congregados en la denominada “Alianza Federalista”, sesionaron recientemente en la Capital del país y demandaron un diálogo directo con el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, para dar respuesta no solo al tema de la distribución de los recursos federales sino a la imprescindible sincronía que permita superar las diferencias habidas y se pueda avanzar en la construcción de soluciones contundentes a los graves flagelos vigentes en todo el territorio nacional.

Por ahora, la respuesta ha sido la misma, tanto por parte del Presidente López Obrador como de colaboradores y representantes del partido en el poder, Morena, en la Cámara de Diputados, tal es el caso del Presidente de la Junta de Coordinación Política de la misma, y aspirante a la Dirigencia Nacional de este partido, Mario Delgado: que sean los estados, y en particular los que están en desacuerdo con las políticas implementadas por la administración federal, los que adquieran una mayor responsabilidad fiscal en sus propias entidades, y obtengan recursos a partir de férreas políticas de austeridad. Asimismo tal postura se ha hecho patente en decisiones como la de desaparecer el Fondo de Fortalecimiento de la Seguridad (FORTASEG)  y la aplicación de un recorte significativo al Fondo de Fortalecimiento de la Seguridad en Demarcaciones Territoriales y Municipios  (FORTAMUN).

Cuando el épico jurista, precursor del federalismo, Miguel Ramos Arizpe, dimensionó en la Constitución de 1824 la visionaria organización territorial, plasmó sin duda la esencia de tal orden jerárquico fincado en la corresponsabilidad: una línea de desenvolvimiento transversal. Por tanto, el federalismo es unidad y compromiso, es subsanar corresponsablemente lo que hace falta; es revisar, acordar medidas integrales y aprovechar con entendimiento pleno de “tiempo y circunstancias”, cuanta oportunidad de mejora se presente, con auxilio imprescindible de congruencia y autoridad moral, dejando de lado toda tentación de subyugar o ejercer “caprichosamente” el mando constitucional para consumar proyectos hegemónicos y de corte unilateral.

Hoy, los ciudadanos, ataviados de un peculiar escrutinio a fuerza de la desventura sanitaria, esperan precisamente, la sincronía gubernamental que sea capaz de colocar cada tema en su justo lugar, tiempo y tratamiento, demostrando así, que el interés supremo es el de ponerse de acuerdo para responder en función de lo que necesita el pueblo.

El desafío por tanto, está sobre la mesa: a mayor coordinación fincado en oficio político y comunicación transversal, mayor entendimiento de las nueva realidad, pues solo así será posible unificar voluntad y esfuerzo para hacer frente con éxito a la pandemia que cobra cada vez más muertos y enfermos, y en el futuro cercano distribuir estratégicamente la vacuna con oportunidad y cabal cobertura, además de distribuir recursos sin sesgo politiquero o electorero, a la par garantizar seguridad, justicia, restablecimiento del poder adquisitivo de los ciudadanos y educación de calidad. ¿Podrán entonces ponerse de acuerdo para superar satisfactoriamente el virus de la división? Veámoslo.


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