Campaña electoral: la oportunidad de la democracia, de la civilidad y de la paz
Las diferentes expresiones y fuerzas políticas de cara a la elección del próximo dos de junio, por ley, ya están completas desde este lunes 30 de abril del presente, en lo que compete a la nominación cabal de candidaturas a los diferentes cargos en disputa: diputaciones locales, alcaldías y regidurías, sumados, al menos eso se espera, en sincronía con las campañas federales: a diputaciones en el Congreso de la Unión, senadurías y Presidencia de la República.
Es en consecuencia, el mes de mayo, el período de mayor intensidad en el desempeño de actividades proselitistas por parte de cada abanderado, la “recta final”, a efecto de obtener el máximo del favor ciudadano en sus propuestas. Por lo cual, el tiempo es significativamente valioso, y no hay margen alguno para perder una sola oportunidad de enriquecer la democracia, la civilidad y la paz, con ofertas y planteamientos de solución contundentes a las diferentes necesidades y demandas ciudadanas. Ahí es, donde radica verdaderamente la diferencia, al demostrar con hechos la imprescindible capacidad de percibir, descifrar e interpretar eficazmente el sentimiento colectivo; de comunicación y suma inteligente, en tanto el oficio y voluntad políticos se hacen patentes al reproducir verdades completas, beneficios y logros sustantivos, de forma continua.
Hoy, la conquista del voto, comporta un esfuerzo singular, más allá de monólogos, estridencia, máscaras de mercadotecnia, y estratagemas de extrema beligerancia para sobresalir con la caída del contrincante, toda vez que ya se tiene bastante con la severa problemática consabida (medio ambiente, política, arte y cultura, salud, economía y restablecimiento del tejido social, entre los que destacan), como para generar o avivar más el fuego, y después salir a buscar culpables para figurar, porque simplemente no se sabe hacerlo con el bien. Sin duda, se requiere de gran visión y destreza para entender que son estos campos el objetivo en común a trabajar y mejorar, a fin de coadyuvar transversalmente en un frente multidisciplinario a la defensa del pueblo.
Así, queda claro, que aquel perfil contendiente, sea del color que sea, ya no se diga correligionario del ejercicio en turno, que logre fijar día con día la agenda con estratégicas líneas de comunicación política y social, en torno a los desafíos que se están presentando, y proponer desde ahora, claras líneas de acción que potencien la actividad de las autoridades, serán los que vayan avanzando, haciendo la diferencia con poderoso contraste, y haciendo asimismo suyas las causas populares, la realidad y la verdad de una sociedad, necesitada de mayores liderazgos precursores y constructores del bienestar, la justicia social y el cobijo gigante que siga haciendo “camino al andar”.
Es esta defensa entonces, la que lo definirá todo, la defensa de los ciudadanos partidarios del derecho de vivir en paz, al igual que del medio ambiente y la naturaleza (flora y fauna), contra el incendiario, el que le apuesta al secuestro de la salud, a la toma del entorno como rehén en favor del oscuro interés. Es pues el momento, la hora de la verdad. ¿Quién y quiénes lograrán la hazaña de triunfar con la fuerza de la esperanza, de la fe, la unidad, la justicia, y el poder gigante de la paz? Veámoslo.
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