Estados a monitoreo directo del semáforo Covid Federal…
Actualización: día 42 de la "nueva normalidad", la operación no funcionó, reconoce López Gatell...
El subsecretario de Prevención y Promoción de la salud del Gobierno Federal, Hugo López Gatell, anunció el pasado domingo 05 de julio, justo en el día 35 de la “nueva normalidad”, la entrada en vigor de un “nuevo esquema de comunicación y de información”, para reforzar el diagnóstico que se recaba a partir de la evolución de la pandemia por Covid-19, que no parece ceder un ápice en su cruento paso.
En la conferencia vespertina, dijo que ahora el monitoreo se concentraría en el comportamiento que la enfermedad registra en cada Entidad federativa, de tal suerte que esto coadyuvara a tener un pulso mayormente directo, garante de precisión en la estadística y del propio semáforo epidemiológico.
De cierto, la pandemia se mantiene indómita en la ausencia aún de una vacuna, pues la enfermedad y la muerte están en su punto más crítico, de acuerdo a lo reconocido por el propio funcionario federal. 15 estados se encuentran en color rojo: alerta máxima de riesgo sanitario, contra 17 en color naranja, alto riesgo, pero de mayor apertura a las actividades económico-productivas.
De conformidad, es el impacto desfavorable que esto ha tenido en la salud y la vida de 331 mil 298 personas que se han contagiado, así como de 38 mil 310 que lamentablemente han perdido la vida en el país -y ello tomando en cuenta que se trata de una cantidad tres veces menor que el estimado real, ya también lo justificó el Subsecretario de Salud-, que impone la urgente necesidad de actualizar y mejorar de continuo las líneas de operatividad sanitaria, de coordinación y comunicación; lo cual, justo es decirlo, todavía no han sido las suficientes para dar pie a ese equilibrio requerido en el peligroso tránsito a la “nueva normalidad”: proteger la vida y la salud de la sociedad con su participación razonada y pleno convencimiento, a la par de la mitigación del impacto económico y el consecuente impulso debidamente planificado en pro de la subsistencia no solo de los sectores vulnerables -que incluso no ha sido posible atenderlos en su totalidad-, sino del resto de la población, en función de sus propias carencias y demandas, en tiempo y lugar.
Con todo, el Subsecretario López Gatell, afirmó en ese entonces que era tiempo de que cada Gobierno estatal y sus respectivas áreas de salud, reforzaran su papel como autoridad y redoblaran acciones en esta nueva etapa de coordinación con la federación, a efecto de alcanzar mayor eficacia en el combate del Covid, y fuera posible avanzar hacia la reapertura cabal de las actividades económicas.
Ahora bien, y las entidades federativas, ¿estarían listas para responder acorde a las expectativas planteadas? Nayarit, a este domingo 12 de julio, en color rojo, máxima alerta sanitaria, registró 256 defunciones, dos mil 417 casos confirmados/acumulados, 888 activos y mil 273 recuperados. En tanto, el lunes 13 de julio, en el análisis de la Secretaría de Salud Federal, se dio a conocer un diagnóstico preocupante: no hay control de la enfermedad.
El sábado 27 de junio, en el día 27 de la “nueva normalidad”, el Gobernador Antonio Echevarría García, se dirigió en mensaje especial a los nayaritas con una peculiar advertencia: “De seguir igual, preparémonos para lo peor, para atestiguar dolorosamente, el sufrimiento de quienes no se cuidan y no cuidan a sus familiares más vulnerables .[…] Les pido que tomen en serio este peligro, no espero que lo hagan por mí, deseo sinceramente, que lo hagan por el amor hacia los suyos, pues yo también soy hijo, padre, esposo, hermano, amigo y compañero de trabajo, y al igual que ustedes no quiero perder a nadie, por algo que se pudo evitar”. Con ello lamentó que prácticamente no se haya entendido aún la “nueva normalidad”, pues incluso advirtió que la cantidad de enfermos estaba a punto de colapsar el sistema hospitalario. 15 días después, advirtió en un nuevo mensaje, que se estaba evaluando la necesidad de volver al confinamiento, lo que se tradujo después de todo, tres días después, el miércoles 15 de julio, en la aplicación de "movilidad mínima".
La pandemia ha devastado a Nayarit, los daños sanitarios (salud y vida), han aunado el desgarre psicosocial (feminicidios y asesinatos sin tregua), y la consabida merma económica y de subsistencia de muchos aún sin cobijo alguno. ¿Qué estrategia habrá de consumar en breve el Gobierno del Estado, con base en la imprescindible coordinación unificada de poderes, sectores, fuerzas políticas y sociales; comunicación y comunicadores, y sociedad en general, bajo la elemental esencia del compromiso recíproco? ¿Estará preparado y a tiempo para rendir buenos resultados en el marco del renovado monitoreo del semáforo Covid del Gobierno Federal? Que bueno que así sea.
Al día 42 de la "nueva normalidad", domingo 12 de julio, apenas siete días después del nuevo esquema anunciado, el saldo fue negativo. La operación no funcionó. El Subsecretario López Gatell reconoció que "inconsistencias" en los datos de algunas entidades no permitieron siquiera actualizar el semáforo, sin que ello signifique responsabilizar a alguien en particular. De tal suerte que los colores continuaron como están: 15 estados en color rojo, y 17 en naranja; incluso en voz del propio gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, esta Entidad está en riesgo de regresar a color rojo, con lo que sumarían 16 en máximo riesgo sanitario. Por lo cual, el funcionario federal confió en que a partir de este propio domingo, se pudiera generar el nivel necesario de sincronización y precisión en cada Estado. ¿Qué hará falta entonces de parte del Gobierno Federal para consolidar tal sincronía? ¿Qué estrategia en particular necesitarán los estados para asegurar un control oportuno, inteligente y eficaz de la información que está solicitando la Secretaría de Salud Federal? De cierto urge transversalidad: una sola voz congruente que genere credibilidad y confianza e impela a concentrar esfuerzos en un sola dirección. ¿Se logrará a tiempo?
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