El necesario bienestar popular
Marco Vinicio Jaime
Cuando se habla de bienestar, es razonable esperar que constituya sinónimo de las mejores condiciones de desenvolvimiento de una persona, familia o colectividad a partir de sus propias posibilidades de acceso continuo a una vida digna de progreso -educación, salud, vivienda y alimentación-, de justicia, seguridad e igualdad social. Sin embargo hasta ahora, justo es decirlo, su consumación ha sido asignatura pendiente. ¿Por qué razón?
Es evidente que más allá de una estrategia circunscrita a limitados periodos de mandato gubernamental, electoral o de mera simulación e impacto publicitario, el bienestar popular conlleva todo un conjunto de acciones debidamente planificadas, articuladas y erigidas en el seno de la imprescindible coparticipación de la sociedad (venciendo la poderosa tentación del autoritarismo y la imposición unilateral), con efectos perdurables en favor de todos, por cuanto son auxiliadas de la invaluable transversalidad, la que logra conjuntar de manera organizada e inteligente los esfuerzos de cada actor involucrado en un solo lenguaje y objetivo, el cual se finca a su vez en oportunas líneas de comunicación; exitosa, cabe decir, solo en virtud de la interacción genuina como de esfuerzos recíprocos entre sus entes participantes. La clave de todo pues: oficio político, voluntad subsecuente y sensibilidad nata: apertura a una práctica político gubernamental que suma, atiende, entiende y actúa en razón de su propio tiempo y circunstancias, sin mezquindad, sectarismo ni rebasados esquemas de cúpulas “alquimistas” de tenebra apolítica de cuates “tras el mando” Ejecutivo.
De conformidad, se torna lógica la preocupación que reveló poseer la Secretaria de Bienestar e Igualdad Sustantiva en la Entidad, Sonia Ibarra Fránquez, frente a las dificultades consabidas para consolidar comunión cabal entre poderes y órdenes de gobierno, a fin de dar cumplimiento a la urgente meta de crecimiento propuesta en la presente etapa neurálgica de gobernanza federal, de cara a la realidad social del propio Estado.
En reunión con la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN), la funcionaria estatal, precisó que es necesario fortalecer al máximo transversalidad, derivada del pleno convencimiento cabal de la sociedad a sumarse a la labor institucional de construir bienestar, de ahí la titánica labor que, según dijo, se efectúa en pro de la articulación de acciones y responsabilidades de la autoridad federal, estatal y municipal, para atender con resultados tangibles desde el corto y para el mediano y largo plazo, una seria problemática que aqueja a los nayaritas.
Con el diagnóstico, apuntó, planteado por la Secretaría de Seguridad Pública, se tiene registro de 10 colonias de la Capital con “focos rojos” en materia de vulnerabilidad de niños y adolescentes, toda vez de una considerable tasa de actividad delictiva lindante con alcoholismo, drogadicción, embarazos y escasas oportunidades de crecimiento, que sitúan a Nayarit entre los primeros lugares a nivel nacional. Entre tales destaca, puntualizó, “Zitacua”, “El rodeo” y “Tierra y Libertad”. Además de que a nivel Estado se suma la “Alerta de Género (violencia y criminalidad contra la mujer)”, emitida en su momento por el Gobierno Federal en siete municipios, entre los que se encuentra Tepic.
Por tanto, Ibarra Fránquez resaltó que cada paso dado en este proceso, es de significativa valía, como el rescate de espacios públicos, atención psicológica de víctimas y de los que enfrentan los vicios antedichos. En consecuencia, manifestó su confianza y apuesta en la consecución de mayores avances que vayan decreciendo los males, y el bienestar pueda extenderse finalmente a niveles garantes de desarrollo, justicia y tranquilidad como base de un presente saludable y un futuro mejor.
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