Esta crisis en la que estamos sumidos los mexicanos
Sergio Mejía Cano
Esta crisis en la que estamos sumidos los mexicanos, al parecer se está prestando para que haya muchos desentendidos y desde luego, que posiblemente alguien se quiera aprovechar de diversas situaciones para confundir aún más a la población, sobre todo a quienes pertenecen al pequeño comercio y por ende a los locatarios de los mercados municipales, tal y como aconteció en el Mercado Juan Escutia.
Resulta que el pasado viernes 08 del presente mes de mayo, unas personas llegaron por la tarde a fumigar dicho mercado municipal, personal con su equipo de protección corporal e implementos necesarios se dieron a la tarea de rociar con un líquido gaseoso los puestos y su alrededor; y así como llegaron, así procedieron a retirarse sin más ni más.
Sin embargo, al día siguiente se presenta el señor Nicolás Rodríguez, Administrador General de Mercados Municipales de Tepic, a informarles a los locatarios del Juan Escutia que se llevaría a cabo una fumigación por la que tendrían que pagar 250 pesos cada locatario de dicho mercado. Los locatarios le explicaron al señor Rodríguez que ya un día antes habían pasado a fumigar; sin embargo, al parecer esto no le importó a don Nicolás Rodríguez, quien les dijo a los locatarios que aun así se tendría que fumigar de nuevo porque hacía días que se había detectado a un empleado del H. Ayuntamiento con síntomas de covid-19. Los locatarios le informaron al administrador de mercados que tenían conocimiento de eso, y quien había dado positivo era uno de los barrenderos del mercado que se hace presente diariamente a las 07:00 pero que después de las 08:00 horas ya no se vuelve a aparecer por ahí, por lo que era difícil que haya contagiado a mucha gente.
Uno de los locatarios le pregunta a Nicolás que qué caso tendría ya volver a fumigar si el día anterior ya habían fumigado; además, así de golpe y porrazo como se les está avisando, pues como que no va, sin consenso y ver si los locatarios estaban de acuerdo o no; y si esta nueva fumigación les aseguraba la inmunidad por completo ya de una vez y para siempre, a lo que el señor Rodríguez respondió que obviamente que no se garantizaba la erradicación de nada en absoluto, pero insistió en que era necesaria esta otra fumigación.
Otro de los locatarios le hizo ver al administrador de mercados de Tepic que si no estaba consciente de que las ventas han caído considerablemente, y que se está cumpliendo con todas las disposiciones respecto a higiene y seguridad, que los comerciantes cuentan con guantes y cubre-bocas, así como gel antibacterial, y que en la puerta nada más se permite el paso de un cliente por familia y que ahí mismo se les pone gel y a quien no porta cubre-bocas los locatarios se los proporcionan al entrar y todo esto es a costa del bolsillo de los locatarios, y aún así ahora les querían cobrar 250 pesos, pues de dónde si prácticamente no hay ganancias debido a la poca afluencia de clientes y han escaseado los pedidos a domicilio tal vez a la crisis económica en la que ha caído mucha gente ya sin empleo ni ninguna otra entrada económica.
Un locatario más le dijo al administrador si ya había hecho cuentas del dineral que iba a costar esta fumigación que él pretendía, porque 250 por mínimo 50 locatarios era muy caro en lo que saldría esa fumigación. Entonces se acercó otro locatario y al ver que los acompañantes del administrador traían unos papeles en las manos, les preguntó que si traían los datos del químico que rociarían, y ya una vez que este locatario revisó esos papeles tomó su teléfono y llamó a uno de sus conocidos que se dedican a la fumigación particular, y una vez que le nombró los componentes del químico, le dijo al administrador que su amigo les fumigaba con ese producto que en realidad no sirve de nada por la módica cantidad de 100 pesos por locatario y no los 250 que pretendía el administrador. Y un locatario que cuenta con carnicería, le preguntó al administrador que qué pasaría si él se negaba a pagar por esa fumigación, a lo que el administrador le respondió que entonces acudiría a “licencias” para que le suspendieran la del carnicero durante mínimo 15 días o hasta más; he aquí el amago siempre a los más desprotegidos.
Por fin todo quedó en que se cobrarían nada más 100 pesos por locatario. Y al preguntar estos de si se les daría un recibo o se iba a facturar por la fumigación, el administrador les dijo a los locatarios que eso quedaba en suspenso, pero que lo más probable sí se les daría un recibo después.
Sea pues. Vale.
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